Catorce cámaras de parlamentos nacionales de once Estados miembros (Bulgaria, Chequia, Dinamarca, Estonia, Croacia, Letonia, Lituania, Hungría, Polonia, Rumanía y Eslovaquia) enviaron dictámenes motivados según los cuales esta propuesta vulnera el principio de subsidiariedad, lo que ha activado el mecanismo de control de la subsidiariedad (el denominado «procedimiento de tarjeta amarilla»).
14 chambers of national Parliaments from 11 Member States (Bulgaria, Croatia, Czech Republic, Denmark, Estonia, Hungary, Latvia, Lithuania, Poland, Romania and Slovakia) sent reasoned opinions claiming that the proposal was in breach of the principle of subsidiarity. This triggered the subsidiarity control mechanism (the so-called 'yellow card' procedure).